Día del Agua

El agua ¿un recurso renovable?

Por Dr. en Ciencias Biológicas Daniel Emilio Martínez

CONICET – Centro de Geología de Costas y del Cuaternario

El día mundial del agua es una buena oportunidad para hacernos esta pregunta y ver si tenemos una respuesta. La respuesta sin dudas condicionará nuestra actitud frente al recurso y puede determinar nuestro comportamiento como consumidores del mismo. Las proyecciones de desarrollo de una región, o inclusive mundial estarán condicionadas por estas posturas, y las predicciones acerca de guerras en el futuro por la posesión del recurso podrán ser mejor evaluadas a partir de una respuesta fundada a una pregunta muy simple.

No es correcto responder a una pregunta con otra pregunta, pero a veces es necesario para dar una respuesta adecuada. La respuesta entonces será otra pregunta: ¿cuál es el sistema que usted considera?

Si su respuesta es el planeta Tierra entonces la respuesta es que se trata de un recurso no renovable. El aporte de aguas magmáticas juveniles es despreciable en el volumen total de agua del planeta, por lo que disponemos de una cantidad de agua acotada, cuyo volumen ha sido ya estimado. Este volumen es muy alto, pero si nos ponemos a analizar detalladamente su composición vemos que el total de agua dulce disponible es un muy pequeño porcentaje del total y que su distribución en el planeta es irregular, existiendo muchos sectores con graves problemas de escasez de agua. Este enfoque, el del recurso limitado y distribuido heterogéneamente nos pone frente a la necesidad de cuidar la calidad del recurso, fundamentalmente evitando su contaminación, ya que la misma tiene por resultado una reducción del total de agua disponible para su utilización en el sistema considerado, nuestro planeta.

Si su respuesta es en cambio que el sistema considerado es una cuenca hídrica (región geográfica delimitada por alturas en la cual toda el agua que ingresa fluye hacia un punto de salida) la respuesta es diferente, el agua a nivel cuenca es un recurso renovable. Esto es porque en la cuenca el agua se recicla en lo que todos conocemos como el ciclo del agua, que se inicia con la evaporación desde la superficie del mar, sigue con su precipitación sobre la cuenca como lluvia, su escurrimiento superficial y subterráneo, para descargar luego en el mar. Sin embargo este reciclado tiene velocidades diferentes en cada etapa, y si la intervención del hombre acelera la velocidad de las salidas de agua de la cuenca, ya sea por extracción para consumo o por el incremento de la evaporación por cambios en el uso del suelo, etc., el resultado será una disminución en el total de agua dulce retenida en el sistema. Frente a estas certezas el desafío es conservar un equilibrio adecuado entre las entradas y salidas de agua de un sistema como es una cuenca hídrica, y conservar la calidad del agua a nivel global evitando la contaminación de los recursos de buena calidad existentes

Compartir post