Todas las etapas de la perforación en alta mar (exploración, explotación, mantenimiento y desmantelamiento) tienen impactos dramáticos e irreversibles en la biodiversidad oceánica, poniendo en grave peligro la vida humana y las especies marinas.

Algunos de los riesgos ambientales son:

Derrames de petróleo: el accidente de Deepwater Horizon (560.000Tn de petróleo al Golfo de Mexico) no es único. Durante los últimos 30 años, la humanidad se ha enfrentado a más de 10 accidentes importantes en alta mar, la mitad de los cuales provocaron derrames de petróleo.
La explotación en alta mar conduce inevitablemente a la liberación de hidrocarburos y la contaminación del agua de los lodos de perforación que contienen benceno, zinc, arsénico, materiales radiactivos y otros contaminantes con consecuencias irreversibles.
Las pruebas sísmicas que preceden a la explotación tienen un gran impacto en la vida marina, lo que resulta en pérdida de audición, tasas de captura reducidas del 40-80% y varamientos en la playa para varias especies.
La perforación en alta mar también amenaza la vida y el sustento de las comunidades costeras. Las industrias del turismo y la pesca emplean 40 veces más personas que las actividades de petróleo y gas en alta mar (caso europeo 2.570.000 frente a 63.000 personas en 2017) y generan cinco veces más valor añadido (85.000 millones de euros frente a 17.000 millones de euros en 2017). La contribución económica de la industria de la perforación en alta mar es pequeña en comparación con el valor agregado por los sectores que más amenaza. Dada la actual crisis del petróleo, en la que los precios del petróleo alcanzaron un mínimo histórico, el abandono de esta actividad costosa y peligrosa parece cada vez más necesario.

Surfrider Argentina apoya la prohibición de la exploración y perforación de hidrocarburos en el Mar Argentino